sábado, 18 de abril de 2015

Colegio Inmaculada de Marin.




- Hace mas de cuarenta años que vivo en Marin.-

En el colegio de la Inmaculada  - además de nuestra casa - mis hijas se educaron y después mis nietas  han seguido  recibiendo  su enseñanza hasta el pasado año.

Como es natural  ,- los niños crecen-   marchan para otras fronteras que les pone la vida.

Quiero resaltar como madre y abuela, su trabajo y desvelo para con los niños,  enseñándoles los valores humanos que toda persona tiene que tener.
En numerosas ocasiones, - nosotros los padre- participamos con ellas en sus convivencias, de lo cual guardamos gratos recuerdos. 
Sus viajes con el coro, para participar  con las mejores corales de Gálicia.  Sus teatros , sus campamentos, mis hijas no los olvidan.
La  labor humanitaria , que hacen con los enfermos , en el comedor  que gracias a las  donaciones que muchas empresas dan,  pueden hacer frente a tanta necesidad como hay ahora-.



Donde tiene un plato de comida quien lo necesita.


El pasado año tuvieron el primer intercambio con otras naciones,  fueron a Francia .
Para todos fue una experiencia inolvidable, crearon  un vinculo de amistad que no se les olvidara .
Este año vinieron a Marin
Han podido disfrutar de todo el cariño , conocer  el Mar
Y sin duda sus playas y paisajes, tan bonito.


Quiero agradecer al colegio lo bien que siempre se portaron con mis niñas.

Hacer una mención especial, a la madre ANDREA ROSALES  una de las compañeras de mi nieta  Cristina,  por su generosidad al hacerse cargo de Estelle,  la niña francesa. 
Es un gesto que le honra, ya que por asuntos familiares no pudimos hacerlo.

Marín a dieciocho de abril dos mil quince.
Segismunda Sánchez Román. Mundi.