Nací en un pueblo.
Provincia de Cáceres, se llama Montánchez, tiene una sierra preciosa , un castillo que es el orgullo de todos los montanchegos.
Yo de pequeña, jugaba con mis amigas, y era la visita obligada de todos los domingos al salir de misa, pues mi madre no nos dejaba perder una.
Mis padres se llamaron, José y María Antonia ,y siempre sentiré un inmenso respeto y cariño por ellos, pues trabajaron mas de lo que podían para que nunca nos faltase el pan .
Desde muy pequeña nos tocó ayudar en el campo, e ir con mi madre a vender las verduras con nuestros burros .
El más mayor se llamaba
el Blanco, muy listo al regresar llegando al Quemado, empezaba rebuznar para avisar de nuestra llegada, y todos corríamos a la vereda, que viene mamá .
El
Chico con pelo gris, de cuerpo delgado y patas finas, tenía una viveza que no se paraba hasta llegar a su destino.
El burro
Perro que así lo llamaban por su lentitud al andar.
Con un color tostado, crines fuertes y blancas, era un animal grande y fuerte, cuando teníamos que cargarlo, aguantaba todo el peso que le echaran, y con estos animales hemos ido por esos pueblos de Dios.
Acompañando a mi madre, y siempre contentas, pues nos daba la oportunidad de ir a sitios diferentes, siempre jornadas completas desde la madrugada asta bien entrada la tarde. Esto es un pequeño homenaje a esos compañeros de fatigas que sin ellos no podía narrar mis recuerdos.
Estas líneas se las dedico, a mis hijas, y nietas, para que no se olviden de donde son sus orígenes, que aunque estamos en Galicia, somos extremeños, y se sientan orgullosas, de tener sangre de esa tierra tan bonita.
Como en muchos pueblos,tenemos apodos, a mi padre le llamaban, por parte de su padre,
el tío "avispa".
A mi madre, le llamaban.
La tórtola, por parte de su padre...
La portala, por parte de su madre....Y nosotros hemos cogido ....Los de la huerta...Pues allí nos criamos.
Mi padre se llamaba, Juan José Sánchez Carrasco, su padre se llamaba, Blas Sánchez, y de él poco tengo que contar, pues a mi padre nunca escuché que se portara bien con él, solo amarguras y penas, le gustaba ir a la iglesia pero no a trabajar y desde bien chico lo pusieron a servir en los paradores de las Herrerías donde comida y cariño no le faltó .
Tenía una hermana llamada Agustina, fue del segundo matrimonio de mi abuelo, .
Con su hermana, no tenían una relación muy profunda ,aunque se traban, tuvo cuatro hijos ,con los cuatro tenemos buena relación, se llaman, José Antonio pues fueron mis padre los padrinos, Francisco, Valeriano, y Antonia, que llevó las arras cuando yo me case, de pequeños les gustaba mucho ir a la huerta.
A mi padre por la noche, le gustaba contarnos los recuerdos de su infancia, y de la guerra, las penas que pasaron los hombres en ella, comentaba del el hambre, frió, miedo, piojos, y tener que disparar sin saber donde caían las balas, fue condecorado, al terminar la guerra, le propusieron quedarse como militar, pero el tenia un ideal,
que lo blanco siempre es blanco, y no negro, y en el ejército eso no es así.
En una ocasión contaba, que llego al parador de las Herrarías, un carruaje lujoso, traía muchos manjares, con ellos venia una niña, que al ver las patatas cocidas, que ellos tenían para comer, se le antojaron, y intercambiaron la comida, y fue la primera vez que comió tan bien.
Con sus hijos fue severo, pero tierno, recuerdo que de pequeña mi hermana Juana y yo,subidas en la silla lo peinábamos tuvo mucha paciencia con nosotros .
El era el encargado de hacer la comida en casa, y por la mañana nos hacia el café recuerdo ya de mayor y estando casada,en mi casa cuando yo venia de trabajar, se vino a la cocina mientras yo comía,yo le dije:
- " Papa mira la tele" , y él me contestó:
- " No hija ,no quiero que estés comiendo sola"
Eso se me ha quedado grabado en la mente y me enternezco al acordarme, son pequeños detalles que no se olvidan.
Cuando llego la guerra recibió un gran disgusto pues le hicieron hacer testamento a favor de su hermana por si lo mataban, como veis cosas bonitas no cuento.
Sus abuelos se llamaron Gervasio, Rafaela, Juan y Segismunda.
Su madre, se llamaba Segismunda Carrasco Galán ,nació en el año 1882 y murió, el 11 de noviembre de 1918 el solo tenia cinco años cuando murió,de la fiebre española en el y solo recordaba que lo subieron a la cama cuando murió, no quiero olvidar a mi tía Enriqueta, que siempre lo quiso mucho, fue hermana de mi abuela, y me acuerdo que venia a la huerta si mis padres temían que salir.
Y nosotros muchas veces,entrábamos en su casa a darle un beso, tenia un hijo llamado Pepe , de los cuales tengo dos primos , Conchí y Enrique que tienen la casa en la calle del castillo, son la única familia que conozco por parte de mi abuela.
Mi padre siempre fue campechano, honrado y leal. Su palabra era más valiosa que el oro.
Tenía amigos en todos los pueblos donde iba, recuerdo que los amigos jugaban los domingos a las cartas, en la huerta, y muchas noches venían para escuchar la radio ,en aquel tiempo no todos lo tenían.
Cuando empezaba la temporada de caza, a sus amigos les gustaba pero a él no, lo que hacia era acompañarlos, y era el cocinero,
sus migas y el guisote nadie le igualaba, también su ensalada de bacalao, todo picadito con mucha paciencia, nunca fue persona egoísta, al contrario, siempre tuvo su casa abierta.
Al llegar las fiestas del pueblo, nuestra casa parecía una pensión, todos dejaban sus animales, para poder ir a los toros y los acogía con cariño.
Tenia una gran pasión por la lectura, leía pequeñas novelas y las llevaba en el bolsillo, nos mandaba a cambiarlas a nosotras, pues en esa época, no se tenia tanta facilidad para comprar,- ni dinero-, las que eran sus preferidas las del oeste, aún tenemos algunas en casa,
Son muchos recuerdos, pero así os haréis una pequeña idea de lo que fue vuestro abuelo, con sus defectos y virtudes, pero que su familia y su huerta era su mayor tesoro.
La huerta la tenia como un cuadro pintado con el mejor pincel.
Los surcos, en la tierra, derechos, enfilados, como si los midiese, daba gusto mirarlos.
Cuando llegaba el tiempo de sembrar los criaderos, todos rectangulares, para después poder poner las tablas de las camas,y subirnos encima.
( En a aquel tiempo muchas camas no tenían somieres como ahora,y se ponían tablas y el jergón lleno de paja y era el colchón.)
Para no pisar las plantas, nos juntábamos todos y lo pasábamos muy bien, cada uno decía alguna gracia,
Algún chiste, siempre nos reíamos, después en los desayunos, preparábamos unas buenas
pringadas, tocino frito ,patatera con una ensalada de tomates recién cortados, todo un lujo y nuestro café, realmente son cosas pequeñas, pero que no se olvidan.
Al llegar la noche buena, nos freía un poco de chorizo de la matanza.
Siempre repartía la comida en platos..(
os sonará raro esto, pero en aquel tiempo las gentes solía comer todos en el mismo plato).De esta forma comíamos todos por igual, pues aunque nunca pasamos hambre, no sobraba, con nosotros, los primos, la abuela...nos juntábamos muchos, pero el disfrutaba mirándonos comer, alrededor de la mesa camilla, con su brasero de picón después cantábamos la zagalita, con los utensilios de la cocina, los sachos, todo servía para formar la música.
En aquel tiempo los hombres, no solían colaborar con las tareas de la casa, pero él siempre ayudo a mi madre en todo, fue moderno para su tiempo, le gustaba tener zapatos y ropa buena.
Según contaba las botas que se puso el dí
a de la boda y las alianzas eran prestadas.
ESTAS SON DE SUS BODAS DE ORO
Para sacar su familia adelante hizo de todo, como tantas familias, pues les toco la post guerra, y fue una época difícil para todos los padres que no tenían recursos,seguiría contando cosas, no quiero que os olvidéis nunca de su buen humor y el cariño que nos tuvo .
Sus bodas de oro,creo que fue el dia mas feliz de sus vidas .